El aparato cardiovascular impulsa la sangre gracias a una bomba muscular hueca a la que denominamos corazón. El corazón es un órgano muscular que consta de cuatro cavidades, y que se contrae y se relaja en un ciclo constante para bombear la sangre. El tiempo que el corazón utiliza para la contracción se denomina sístole, y el tiempo que permanece relajado se denomina diástole.
La lesión vascular causa rápidamente un hematoma masivo y, si no se repara, una pérdida intensa de sangre y el consiguiente fallo orgánico. La hemostasia (el cese de la pérdida de sangre desde un vaso dañado) tiene ciertas etapas separadas, aunque relacionadas entre sí: compresión y vasoconstricción; formación de un trombo hemostásico o trombo blanco (hemostasia primaria); formación del coágulo de fibrina más estable (hemostasia secundaria), y finalmente, retracción y disolución del coágulo.
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